Los saldos de la jornada electoral y las vías ciudadanas

Voto

 

Gobernabilidad y paz era dos elementos esenciales para que la jornada electoral del domingo pasado no se descarrilara. Estas dos condiciones se lograron a medias, ya que hubo alertas en varios estados de la república.

Si utilizamos la analogía del vaso con agua, encontraremos que quienes lo ven medio lleno dirían que estas alertas estuvieron focalizadas, los que lo ven medio vació dirían que estas alertas no pueden permitirse en un país que se define como democrático.

La realidad es que esas alertas corresponden a un país que en el fondo está en busca de su propia democracia y cuya ciudadanía tomó como bandera el rechazo a la corrupción que para muchos inicia en los partidos políticos, porque estos incuban a los políticos que dirigen los destinos de este país.

Las alertas representan los deseos de mucha gente de seguir una ruta alterna a la democracia representativa y la alternancia, que este país ha construido durante los últimos 25 años.

 

Primera: vía las movilizaciones

Las vías son varias y no son solo el modelo de protesta magisterial -que provocó estas alertas- de marchas y bloqueos, aunque no debe de soslayarse por su capacidad de organización y porque con la decisión de última hora del gobierno federal de no suspender la evaluación magisterial a la que habría comprometido; le dará fuerza a las movilizaciones magisteriales en los próximos días.

 

Segunda vía: las candidaturas independientes

Una auténtica válvula de escape al cerrado y monopólico sistema político mexicano lo representaron los candidatos independientes, tres de ellos prácticamente le arrebataron el triunfo a los grandes partidos y prácticamente accedieron al cargo al que aspiraban porque demostraron no tener compromisos con ninguna cúpula política-empresarial, usaron la imaginación para dejar atrás las carencias financieras en campaña y tocaron tres puntos sensibles para la opinión pública; el hartazgo de los monopolios partidistas, los pésimos resultados económicos de la gestión peñanietista y el combate a la corrupción.

Particularmente llama la atención el caso del joven Pedro Kumamoto de Guadalajara, pero con raíces paternas chiapanecas; específicamente en Pijijiapan, en la costa. El hoy virtual diputado por el distrito de Zapopan, con tan solo 25 años de edad, es el único candidato independiente que no tiene pasado partidista y su único contacto con el arte de la política se circunscribía a la presidencia de la sociedad de alumnos del ITESO, la universidad de los jesuitas en Guadalajara.

 

 

Tercera vía: el voto nulo

Otra vía fue el llamado “voto nulo”, el cual es el definido por el Instituto Federal Electoral como el “voto que un elector deposita en la urna, sin haber marcado ningún cuadro que contenga el emblema de un partido político; y también como aquel voto en el que el elector marca dos o más cuadros sin que exista coalición entre los emblemas de los partidos que fueron marcados».

Como votos nulos se registraron casi Un millón 800 mil votos, esta cifra representa casi el 5 por ciento de la votación total y superó la votación total de varios de los partidos denominados “chicos” como Encuentro Social, el Partido Humanista, Nueva Alianza y el Partido del Trabajo.

Dichos partidos ante el “voto nulo” prácticamente hicieron el ridículo y uno se pregunta, ¿Cómo es posible que se haya gastado tanto dinero en sostener a dichos partidos políticos?. Esto porque el voto nulo se convirtió en algunos estados en la tercera fuerza electoral y en otros en la cuarta.

Solo falta hacerlo oficial, pero según el Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP), el Partido del trabajo y el Partido Humanista perderán su registro.

Estos dos partidos se sumarían a la lista de 17 partidos políticos en México que en los últimos 20 años han perdido su registro y que no han servido de nada para romper el tripartidismo de los últimos cuatro lustros.

 

Cuarta vía: el voto de castigo

Por primera vez en la historia de la alternancia mexicana, el voto de castigo fue verdaderamente palpable.

El voto de castigo se presenta cuando por la vía electoral se le retira la confianza al partido en el poder, ejerciendo el voto por los representantes del partido político que en ese momento representan la oposición.

De esta manera, diez gobernadores perderán -en teoría- la hegemonía en sus feudos sexenales-personales pues las diputaciones federales estarán en manos de la oposición. El partido político más afectado fue el PRD y particularmente en el Distrito Federal, Oaxaca y Morelos.

Pero incluso, gobernadores priistas panistas perdieron presencia en sus distritos ante priistas, o gobernadores priistas perdieron distritos ante panistas.

El PRD perdió en Guerrero como se esperaba; debido a que permitió la llegada al gobierno de Iguala de José Luis Abarca, presunto artífice de los acontecimientos que culminaron en la tragedia de los estudiantes de Ayotzinapa.

El PRI perdió en Michoacán, sobre todo por los acontecimientos que provocaron la aparición de las guardias comunitarias y el desastre de administración priista de Fausto Vallejo.

Puede decirse también que las victorias de las candidaturas ciudadanas es producto del voto de castigo a los partidos políticos, ya que la población los asocia con la corrupción.

 

El “Velorio” del PRD y la izquierda mexicana

Probablemente estas elecciones fueron vistas por las tribus perredistas y sus dirigentes como un “Velorio”.

Víctima de sus propios errores y su ansia de emular las “concertacesiones” panistas con Carlos Salinas de Gortari y Ernesto Zedillo, el PRD prácticamente sucumbió como partido político viable y alternativa real ante otra opción más reciente y también de izquierda.

Entre el PAN y PRD perdieron 11 puntos porcentuales respecto a las elecciones del 2012. MORENA tuvo 9 por ciento de estos votos. En estas elecciones le arrebataron 4 puntos porcentuales al PAN y 7 al PRD.

Con ello prácticamente la estafeta de la izquierda mexicana ahora la llevará MORENA de Andrés Manuel López Obrador, que a partir de la próxima legislatura contralará la Asamblea Legislativa del DF y tendrá cinco delegaciones del Distrito Federal.

Pero además el grueso de los votos de MORENA se cosechó en los municipios conurbados de la Ciudad de México con el Estado de México. Con ello, el golpe de MORENA fue de dos bandas: desbancó al PRD del trono del Distrito Federal y amenaza peligrosamente al bastión priista de votos como lo es la entidad mexiquense.

Con ello, la izquierda mexicana vía Andrés Manuel López Obrador construye de nuevo el camino para presentarse a las elecciones presidenciales del 2018, desde el bastión natural de la izquierda desde 1997, el Distrito Federal.

La lección para el PRD y para el resto de los partidos políticos es que el castigo al PRD demuestra que la ciudadanía ya no quiere a los partidos políticos que pactan con las demás fuerzas políticas.

 

El caso Chiapas.

Hubo carro completo, pero también bloqueos, robo de urnas, detenidos y algunas casillas cerraron antes de tiempo.

La alianza PRI-PVEM en el poder arrasó con todo.

Pareciera que Chiapas sigue su propia dinámica política y social y esta aparentemente no es la misma que la dinámica del resto de México.

De nueva cuenta el PVEM hace de Chiapas la reserva de votos nacionales de ese instituto político. Un partido político que transgredió todas las leyes electorales posibles, y lo hizo sin un castigo ejemplar por parte de las autoridades electorales nacionales.

Aquí somos presas de los intereses del grupo político en el poder, lo que impide que Chiapas se sume a la dinámica nacional de votos de castigo, de candidaturas independientes y de voto de castigo.

En resumen, ganó el grupo en el poder en turno y perdimos todos los ciudadanos chiapanecos.

 

A manera de conclusión

No hay que soslayar también que en estas elecciones intermedias solo participó el 47 por ciento del padrón total de electores; sin embargo esta cifra -que no llega al 50 por ciento- es mayor en dos puntos porcentuales a la cifra de las anteriores elecciones intermedias.

Es decir, muchos mexicanos se abstuvieron de participar en este ejercicio democrático.

No nos equivoquemos; en el fondo, a pesar de que su partido sigue siendo la primera fuerza política nacional; el gran perdedor es el jefe máximo de la nación, porque no creció la fuerza política de su electorado.

También porque no se pudieron sacudir la etiqueta de corrupción e impunidad que les endilga la opinión pública.

Pero también los partidos políticos fueron los perdedores porque aparecieron los candidatos independientes, el voto nulo, el voto de castigo y porque se configura la aparición de una nueva izquierda mexicana.

La victoria es totalmente ciudadana porque se construyen vías alternativas a nuestra democracia representativa. Una democracia que ya no satisface a muchos en este país.

Sí; hay alertas y focos rojos en este país, hay nuevas rutas hacia la democracia y eso tendrá que poner en alerta a la clase política, la ciudadanía les está arrebatando la gobernabilidad, porque ellos no han podido garantizarla.

Twitter: @GerardoCoutino 

Correo: geracouti@hotmail.com

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