Abrazos que permanecen

Pintura de Picasso

El reloj marcaba las 18:55 horas, Cristina había llegado justo a tiempo para abordar el autobús que la llevaría con destino al centro del país. Su salida era a las 19:00 horas, justo estaban anunciando la salida. Pasó directo a documentar su equipaje. Había pocas personas esperando.

-Menos mal que no soy la última en llegar, dijo para sí, al tiempo que suspiraba profundo.

Comenzó a disminuir su agitación mientras esperaba que llegara el maletero, había corrido muchas cuadras para llegar a tiempo. Antes que ella solo estaban un par de personas para documentar. Observó las escenas a su alrededor, el par de jóvenes que la antecedían se ponían de acuerdo para ver qué es lo que documentarían.

A unos pasos más adelante estaba una joven, con otro adolescente y un señor; Cristina intuyó que eran su papá y hermano. Habían llegado a despedirla a la terminal, se ponían de acuerdo con el conductor sobre lo que documentaría la chica, ella sonreía y se veía nerviosa. Luego vino el gesto de despedida, el abrazo que el señor le dio a la joven y también el del adolescente. Las miradas denotaban tristeza. Un dato muy particular para Cristina fue que el abrazo del señor a la chica había sido efímero, se quedó pensando si de alguna manera influía el no querer demostrar del todo lo que cada persona siente,tomando en cuenta lo que las demás personas piensen o digan. También vino a su mente que cada persona es distinta y transmite sus sentimientos de una forma diferente.

El escenario le hizo recordar a Cristina las veces que ella había llegado a despedir a familiares y amistades a las terminales. Evocó los momentos de la infancia cuando recibían visitas de familiares en su casa y el momento de las despedidas era la parte triste. Se acordó de las veces que lloró en la terminal, con nostalgia y sentimiento por no querer que sus seres queridos partieran, los abrazos de sus papás la consolaban y el mensaje de, ‘volverán a venir, no llores, diles adiós’, era parte de la escena.

Siguieron viniendo a su mente esos instantes de despedida, ya como adulta. Sin duda, los abrazos eran una parte esencial en la vida, o al menos para ella. Justo como el mensaje de la película titulada Nunca te vayas sin decir te quiero, para Cristina un abrazo era el significado de eso. Desde su experiencia, en diferentes momentos en la vida  las palabras no siempre fluían del todo y el abrazo tomaba su parte fundamental cuando eso sucedía. Los abrazos que ella tenía registrados en su mente y corazón no eran efímeros, sino cálidos, sinceros, de los que siguen permaneciendo a través del tiempo y la distancia.

Le tocó su turno para documentar la maleta, subió a su asiento, se acomodó y abrochó el cinturón de seguridad. Mientras tanto, al tiempo que el autobús iniciaba su recorrido, seguía repasando en su mente cada uno de esos abrazos que permanecen y que formaban parte de sus historias y vivencias.

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