Cambiar Internet desde lo sencillo, desde lo pequeño
Ante la toxicidad de las redes digitales hay otras formas que visibilizar, que practicar
“Enshittification” fue la palabra del año 2023 para la American Dialect Society. Es un neologismo que viene a traducirse por “mierdificación” o “enmierdamiento”, ya que deriva de “shit”. Ha tomado relevancia para describir el devenir de las redes digitales en los últimos tiempos. Tiempos malos para las búsquedas, malos para las compras online, malos para la socialización y el debate, malos para el disfrute audiovisual, malos para la acción política… Cory Doctorow ha teorizado sobre ello: Primero, son buenas con sus usuarios; después, buscan acabar con la competencia; luego, abusan de sus usuarios para mejorar las cosas para sus clientes empresariales; finalmente, abusan de esos clientes empresariales para recuperar todo el poder para sí mismas. Y mueren.
Así que estamos leyendo y escuchando, con mucha razón, que Internet está perdida, que las grandes corporaciones no dan respiro y dominan todo, ya no hay creatividad, curiosidad… de las redes sociales se dice que son un “estercolero”, que la publicidad dirigida en las plataformas es insoportable, que tenemos adicción a las dispositivos…
Pero ante esta situación de “capitalismo de vigilancia”, “capitalismo de plataformas”, scroll infinito, clickbait, fakenews, monopolios, algoritmos que buscan estímulos constantes, polarización, monetizar todo, rastreadores, comerciar con nuestros datos… desde Sursiendo seguimos dándole vueltas a la idea de “otra Internet es posible”. Y más con la crisis ecosocial que estamos comenzando a vivir.
Antes no había nada de eso. Ni había tanta centralización, ni burbujas de filtros, ni bots, ni estafas online, ni vigilancia. Ni tanto residuos electrónicos ni súper datacenters que consumen tanta agua y energía, ni emiten tanto CO2, ni GAFAM®. Y ni se apropiaban y enriquecían unos cuantos con el contenido aportado a la web por la mayoría.
Tampoco es que antes fuese la panacea, hay que tener cuidado con el mito de la nostalgia y no siempre creer en el dicho “tiempos pasados fueron mejores”. En la incipiente Internet había una presencia mayoritaria de personas y colectividades del Norte Global, mayoría de hombres jóvenes, mucha menos capacidad de transmisión, menos desarrollo de la seguridad y los cuidados digitales, dispositivos más caros, curva de aprendizaje mayor… ahora la web moderna es más segura y más usable.
Pero para quienes navegamos por la web de la segunda mitad de los 90’ e incursionamos en la participación online en los inicios de los 2000, cuando no había Facebook, Twitter y demás, pero sí había Indymedia y blogs, foros de discusión y formación, P2P, quedadas, curiosidad, apoyo mutuo y paciencia, nos ha llamado la atención el incipiente movimiento “small web”.
Cosas buenas de la Red
Como decíamos antes, no suele ser bueno caer en la simple nostalgia. Hay muchas mejoras y prestaciones en la Internet actual. La clave sería aprender de los errores, incorporar esas mejoras técnicas junto a las aportaciones feministas, decoloniales, ecologistas, de la cultura libre. Ha habido muchos logros en estos años, muchos de ellos desde movimientos, colectividades y sociedad civil, como las que siempre se mencionan (porque son importantes): el software libre, Wikipedia, el cifrado, la red Tor, archive.org…
Pero es recomendable recordar algunos hitos:
Laboratorio CERN, Suiza, finales de 1990. En una computadora hay un postit donde se lee: “This machine is a server. DO NOT POWER IT DOWN!!» Es el primer servidor web. El físico británico Tim Berners-Lee había creado en sus tiempos libres la primera propuesta para la World Wide Web, que unos meses más tarde, en agosto de 1991, anunció en grupos de noticias de Internet y el interés por el proyecto se fue extendiendo por todo el mundo. Lo compartió sin ánimo de lucro, con ganas de aportar facilidades de uso a la Internet. Lo hizo por compartir conocimiento, por facilitar a otras y otros el uso de una herramienta que se preveía potente.
Seattle, finales de noviembre de 1999. En las manifestaciones contra la cumbre de la Organización Mundial de Comercio (OMC), una gran movilización social de protesta gracias a una inédita alianza entre el movimiento sindical y las organizaciones ecologistas, dio inicio a lo que se llamó movimiento antiglobalización. Ahí, en el Centro de Medios Independientes que puso en práctica Indymedia, un portal creado con software de publicación abierta donde se podía publicar lo que estaba pasando en las movilizaciones. Un espacio colaborativo, novedoso en aquella época, que se fue extendiendo a otras ciudades y otros espacios de lucha contra las políticas neoliberales. “Don’t Hate the Media, Be the Media” (No odies a los medios, sé los medios) era el lema de Indymedia, que buscaba y hacía efectiva la participación activista y ciudadana en la creación de comunicación.
Años después se popularizaron los blogs, donde cualquiera podría tener una web y expresarse, en muchos casos recibiendo comentarios, enlazando con otros blogs, creando “comunidad”. Fue el inicio de la llamada web 2.0, que terminó de desarrollarse con las plataformas sociales, impulsadas por grandes empresas, pero que fueron utilizadas por las movilizaciones de 2010 y 2011 (Primavera árabe, 15M, Ocuppy Wall Street, etc.). Twitter, Facebook y Youtube no estaban aún tan enmierdadas.
La web pequeña. Sí se puede!
Pero aunque hay mucha razón en expresar que las redes digitales están en decadencia, que son tóxicas, que “Internet no salió como queríamos”, pensamos que no debemos caer en el tecnopesimismo, que suele ser la antesala de derivas conservadoras o reaccionarias. Sí, hemos perdido la confianza, pero también la inocencia. Aprendamos de la experiencia, de lo que fue, de lo que podría haber sido.
A diferencia de Doctorow, pensamos que no solamente se necesitan leyes contundentes contra los monopolios. Que también. Creemos en el poder de las pequeñas cosas. Como decía Eduardo Galeano: Mucha gente pequeña, en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas, puede cambiar el mundo. Aplica totalmente para la web, para Internet.
Retomamos lo de “small web” o “simple web” (aunque no son exactamente lo mismo): son sitios web diseñados por personas normales y corrientes simplemente para compartir con el mundo sus intereses y aficiones, priorizando la accesibilidad, la velocidad de carga y la privacidad del usuario. Una web sin demasiado estímulo externo, pero también divertida, creativa e interesante. Recuerdan a los blogs, pero suelen estar en servidores autónomos y autogestivos, donde aplican los aprendizajes que hemos adquirido.
Estas pequeñas web sobre todo crean comunidad y buscan el menor gasto de recursos posibles, apelan a la creatividad colectiva y al apoyo mutuo.
Algunos ejemplos de sitios o plataformas:
Archipiélago Uno
«Es una comunidad digital principalmente para personas y grupos de América Media. Se influye grandemente por los principios de la interculturalidad, el feminismo interseccional, la libre determinación, el medioactivismo y el ciberactivismo. También por el «hazlo tu misme», el tildeverso, el permacómputo y la baja tecnología».
Texto-Plano
Con los «Principios: Minimalismo (usar pocos recursos, poca plata, tiempo invertido debe valer la pena); Curiosidad (hacer preguntas, meter la pata, seguir preguntando); Comunidad (seamos pocos pero unidos); Lo interesante pasa dentro del servidor; No comercial y En español».
Sutty
sitios seguros, veloces y visibles. «Hace tiempo que sentimos la urgencia de contar con sitios web que garanticen nuestra seguridad, que no sean censurables, que visibilicen nuestras luchas de manera coherente y cuyos contenidos puedan ser auto-gestionados».
NoBlogs
«una plataforma de blogging: es un lugar virtual donde cualquiera puede publicar un blog o un sitio y conocer otras personas que comparten el mismo sueño. Conectando a gente radical. Plataforma de blogs no comercial, antifascista, antisexista y orientada a la privacidad.»
Cyberdelia
«pequeño y humilde oasis digital perdido en algún lugar del cyberespacio. Con el objetivo de ser una comunidad de amigos construida alrededor de servicios autoalojados y con quienes compartimos la pasión por la ciencia y la tecnología, el estudio de cómo impacta el cambio tecnológico, la velocidad con la que este se produce en las personas y la sociedad, sus consecuencias, aplicaciones practicas y su uso ético/consciente de ellas».
Niboe
«un espacio donde los conocimientos son traducidos por sus propies generadores para fomentar la inteligibilidad. Nibö promueve especialmente la divulgación de contenidos que contribuyan de forma constructiva a la resolución de la crisis medioambiental y sociopolítica actual»
MiniWebs
Un rincón digital para webs pequeñas. Cada MiniWeb es artesanía de proximidad, accesible, saludable, reusable y ligera. ¡Reusa y comparte!
Mataroa blog
«Plataforma de blogs al desnudo, para minimalistas. Sólo tienes que escribir.»
Cybercirujas
«un club contra la obsolescencia y el consumismo; el cirujeo tecno como círculo virtuoso: recircular dispositivos, liberar el software, aprender a meter mano y pasar la data».
indieweb
“una alternativa a la «web corporativa» centrada en las personas. Es una comunidad de sitios web independientes y personales conectados por estándares abiertos.
Write Freely
«Una plataforma de código abierto para crear un espacio de escritura en la web»
LOW←TECH MAGAZINE
Este sitio web funciona con energía solar. está diseñado para reducir radicalmente el uso de energía asociado con el acceso a nuestro contenido.
Marginalia
«Un motor de búsqueda DIY independiente que se centra en contenidos no comerciales e intenta mostrarle sitios que quizá no conocía en favor del tipo de sitios que probablemente ya sabía que existían».
Sitios más personales: dos activistas de la small web , Aral Balkan (inglés) , Parimal Satyal (inglés), Angeles Broullón , The_CHEI$ , Adrián Perales , Data from Babylon , Tu Nube Seca Mi Río, Neodiverso , Nevat blog.
Antes de que la red sea «Internet vacío», donde solo los bots hablen entre ellos necesitamos apropiarnos de las tecnologías digitales y habitar Internet, conectarnos, darnos tiempo y dar profundidad, decrecer, inspirarnos… de forma honesta y transparente.
Además…
Si no con una web, también se pueden tomar acciones personales y colectivas hacia ese decrecimiento. Como las mencionadas redes sociales federadas y descentralizadas, como Mastodon, PeerTube u otras; usar mensajería más segura y menos invasiva; participar y apoyar proyectos autogestionados que crean software libre, que mantienen pequeños servidores, que fabrican hardware apropiado, que gestionan comunidades online… sustituir tecnologías que restringen y mercantilizan por herramientas abiertas que conectan, que merece la pena explorarlas y formar parte de ellas.
“No es un ejercicio de nostalgia impotente, es una herramienta para recordar que se puede ganar. Que internet puede ser un territorio donde aprender, colaborar y avanzar hacia algo que se parezca mucho más al mundo en el que nos gustaría vivir” (Marta G. Franco).
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