Tardecitas cálidas
Le gustaban las casas con corredores, pilares y muchas plantas alrededor, lo más bonito era que en esos corredores la gente se sentara, formando una especie de media luna, a contemplar la tarde, a platicar, a reunirse entre familia. A Gertrudis le parecía que en esos espacios el tiempo se detenía por instantes, esos que deleitan la vida.