
El corazón, las bendiciones
Pessoa: “Las ideas que se piensan válidas, también es porque se las siente. Nada vive en este mundo –ni la más abstracta de las ideas– si no está anidado en el corazón”.
Pessoa: “Las ideas que se piensan válidas, también es porque se las siente. Nada vive en este mundo –ni la más abstracta de las ideas– si no está anidado en el corazón”.
Süskind: “¿Por qué, me preguntaba con frecuencia de niño, la gente no va nunca al retrete en las novelas? Tampoco en los cuentos de hadas ni en la ópera, ni en el teatro, el cine o las artes plásticas. Una de las actividades más importantes, ocasionalmente más urgentes, incluso vitales del hombre no aparece en el arte”.
Sarrazac: “La escritura no es, después de todo, más que un largo y muy incierto retorno hacia lo real”.
“Cualquier persona medianamente leída sabe recitar de memoria el famoso consejo agustiniano por el que nos recomienda no perder tiempo yendo y viniendo fuera de nosotros, pues es ensimismándose, en la intimidad del hombre, donde habita la verdad”
—Bodas. Siempre que voy a una, veo a otra buena mujer contra la pared. —¿Y qué me dices del hombre? —El hombre es la pared.
Yo quiero mucho a José Cruz, porque su arte me ha hecho quererlo, y leer sobre lo dura que ha sido la vida con él me causa dolor, tristeza, pero también el sentimiento de tocar a un ser humano que tiene la capacidad de seguir de pie, cuando muchos ya se hubieran tirado a llorar.
Borges: “Cualquier destino, por largo y complicado que sea, consta en realidad de un solo momento: el momento en que el hombre sabe para siempre quién es”.
En La fuerza de lo invisible, Jean-Pierre y Lucile Garnier Malet, sus autores, hacen decir a un personaje: “Los hombres ya no saben el porqué de sus vidas en la tierra. Buscan un Dios todo poderoso sin pensar que lo tienen todo en ellos”.
En la adolescencia hay los callados y extraños, apartados de la manada, que a veces no son comprendidos con claridad, porque no suelen explicarse o no dan las explicaciones convencionales, no dicen lo que los demás quieren oír.