Semana Santa en El Parral
Unos húngaros, que iban de pueblo en pueblo leyendo la mano y exhibiendo películas del viejo Oeste, llegaron a El Parral; como era Semana Santa provecharon para proyectar la Pasión de Cristo en una calle.
Unos húngaros, que iban de pueblo en pueblo leyendo la mano y exhibiendo películas del viejo Oeste, llegaron a El Parral; como era Semana Santa provecharon para proyectar la Pasión de Cristo en una calle.
En Tiempos recios, su más reciente novela, Mario Vargas Llosa resalta los modismos del habla guatemalteca, que es muy cercana a la chiapaneca, por el empleo del “vos” y la conjugación de verbos acentuados en agudas. Esto se debe a la larga historia que recorrimos juntos, al ser parte de la misma capitanía en los tiempos de la Colonia.
El poder purificador del presidente Andrés Manuel López Obrador ha beatificado a varios políticos chiapanecos, pero el más beneficiado ha sido el exgobernador Juan Sabines Guerrero y el séquito que lo acompañó en su ruinosa administración.
José Alfredo Jiménez dedicó “No me amenaces” a Irma Serrano; al menos, eso dijo en aquel viaje épico que lo llevó a presentarse en la Feria de la Candelaria de Villa de Acala en 1972.
Irma Consuelo Cielo Serrano nació en La Soledad, municipio de Las Margaritas, el 9 de diciembre de 1933. Venía de una familia de artistas; su madre, María Castro Domínguez, era una pianista destacada; su padre, Santiago Serrano Ruiz, era buen orador, declamador y poeta.
Al escribir sobre la primera marcha en defensa del INE, hace más de tres meses, dije que los manifestantes éramos personas cincuentonas y clasemedieras.
Marisa Trejo Sirvent y Marco Antonio Besares Escobar fueron reconocidos la semana pasada como investigadores eméritos por la Universidad Autónoma de Chiapas.
En su poemario más reciente, Origami para vos, Antonio Henestrosa se mete en los terrenos de la poesía amorosa, un espacio movedizo en donde es fácil derrapar, porque del amor romántico a la cursilería hay un breve paso, sino es que todo amor romántico es territorio del despropósito y la exageración.
El gentilicio de los habitantes de Suchiapa debiera ser suchiapaneco o suchiapense, como alguna vez propuso el maestro Marcos E. Becerra, autor de la obra Nombres geográficos indígenas de Chiapas.