Niñas y jóvenes en la educación rural, un círculo viciosos de desigualdad

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Docentes quienes han tenido de frente el reflejo de la desigualdad, en las comunidades del estado hablan sobre lo que, de manera lamentable es una realidad en Chiapas, Bartolomé Vásquez a nivel básico en primaria, y Alexander Méndez a nivel medio superior, relatan cómo son las condiciones de niñas y jóvenes en la educación rural.

Alexander Méndez, profesor del Colegio de Bachilleres de Chiapas, desde hace diez años, se vio sorprendido al llegar a la comunidad de Chulum Juárez, municipio de Tila, ahí entre las montañas de esa comunidad, estaba su plantel que contaba con 30 alumnos, de primero a sexto semestre de bachillerato, del total de los alumnos, en ese plantel habían únicamente 3 mujeres, es decir, solo una de cada diez matrículas, pertenecía a una mujer.

“La desigualdad, está más arraigada en las comunidades de nuestro estado, ahí si es clara la forma en cómo la educación, se ha convertido en algo casi exclusivo de los hombres, a muy pocas mujeres se les da la oportunidad de seguir estudiando, a ellas las hacen a un lado y las asignan únicamente a labores del hogar (…) Las campañas para la igualdad, deben ser masivas en las comunidades más alejadas, porque es ahí en donde, cientos y miles de niñas y jóvenes están siendo víctimas del rezago educativo, se les condena a no ir más allá de cuatro paredes, cuando tienen sueños y metas por cumplir (…) En los pueblos y ciudades del estado, se habla sobre la igualdad, mediante campañas publicitarias y manifestaciones, que buscan más y mejores oportunidades para las mujeres, ojalá y todo ese esfuerzo por visibilizar y ayudar, repercute realmente en las comunidades donde desde hace años las niñas y jóvenes, viven en un círculo vicioso de desigualdad” señaló Méndez.

A nivel primaria la situación es casi igual, Bartolomé, señala que son las niñas las que menos oportunidades tienen de acceder a un mayor grado de estudios, ya que en muchas ocasiones son ellas quienes tienen asignadas tareas del hogar además de adoptar un roll, como  madres, ya que son ellas las que tienen a cargo la crianza de sus hermanos menores, dejando a un lado su desarrollo académico y personal.

“La educación para las niñas de las comunidades es más difícil, ya que si quieren venir a la escuela, tienen que cumplir con todas las labores del hogar, dejar lavado platos, dejar hechas las tortillas, y cuando regresan de la escuela tienen que hacer lo mismo (…) Año con año, las niñas terminan su primaria, y muchas de ella, no continúan con sus estudios, existen varios factores para que no sigan, uno de ellos el económico, pero el más común es por la creencia de que las niñas no deben estudiar, sino aprender un oficio, trabajar y tener hijos y criarlos en el hogar (…) Hoy, aunque son pocas, cada vez más niñas están accediendo a nivel secundaria, ya es ganancia” señaló el Docente.

Existe mucho trabajo por hacer en materia de igualdad en el estado, pero son las comunidades más alejadas en las que urge un verdadero cambio, para darle oportunidades a las niñas y jóvenes, que tienen sueños y metas que desean alcanzar, pero que de forma lamentable, desde hace años, se les ve obligadas a renunciar.

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