Fronteras históricas

Foto: Cortesía

Por Miguel Ángel Zebadúa Carboney

“Más vale que no vuelva a ocurrir. Ahora estamos enviando soldados armados a la frontera”, advirtió Trump desde su escondite twiter, como resutado de lo ocurrido cerca de este lugar próxima al río Bravo, límite entre ambos países.

La respuesta mexicana dada al incidente militar entre México y Estados Unidos, mostraría una contradicción en el discurso civil con relación a los militares, encabezada por el presidente de la República. La actitud hasta ahora prudente, ciertamente, haría por otro lado hacer quedar no bien al ejército mexicano. Poca relevancia tendrían el discurso civil desde prácticamente el gobierno del primer presidente no militar, Miguel Alemán, hasta el actual, donde el firme reconocimiento, el notable agradecimeinto a la lealtad militar han sido la añeja lógica de los civiles. Sexenio tras sexenio escuchamos y vemos cómo el presidente en turno hace realidad esto en medio de los aplausos de todo el Congreso a los generales y almirantes sentados que, sin hablar o agradecer, permanecen sentados y quietos, sabedores del ritual anual entre los civiles militares. Pero hasta ahora no se han escuchado las voces apoyando al ejército, incluyendo la de su Comandante Supremo. Se entiende la mesura frente a un poderoso vecino, históricamente expansionista.

Poco convincente resulta el hecho de que los militares mexicanos se hayan “confundido” al pensar que los soldados norteamericanos habían ingresado a la frontera mexicana porque el conocimiento geográfíco es parte de su educación. Por lo tanto, los militares mexicanos hicieron lo que sus colegas también seguramente harían. Pero ha sido distinta la versión.   De acuerdo al Comando Norte de Estados Unidos, -una estructura defensiva incorporada al Pentágono a partir de la guerra contra el terrorismo y en el cual México está integrado desde 2001, al igual que Canadá-, sus militares estaban en su frontera. Entonces, los que entraron a su frontera fueron los mexicanos. De ahí la posible disculpa de parte del gobierno mexicano.

Esa  “operación de apoyo en la frontera” confirma las políticas de seguridad militarizando cada vez más las fronteras en el mundo y que ha emprendido el gobierno norteamericano, siguiendo la pauta elegida posterrorismo. La lógica actual ya no lo es de manera clara y contundente, el “terrorismo islámico” o los “extremistas”. Tratan de convencer a la sociedad transformado una “amenaza” en miedo, una “invasión” en terror. En el migrante se integran ahora estos sentimientos de rechazo, de racismo y de violencia; como “la amenaza”, la cual pasó a formar parte de los variados “enemigos” de la democracia occidental y del pensamiento liberal urbi et urbi: desde el Islam hasta los bolcheviques, desde los narcos hasta los centroamericanos. Un vehículo ideológico que ha transportado la guerra, las masacres, el genocidio y justificado Cruzadas salvadoras frente al pecado oriental, o frente al rojo. Para trump, son inequívocamente, todos los que intenten invadir su frontera sur desde la frontera sur mexicana. Lo confirma también porque el Comando Norte de Estados Unidos, es quien administra el respaldo militar para la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de los Estados Unidos. Si se llevase a cabo el traslado de tropas sumarían a las 2 mil 900 soldados del Pentágono desplegados ya y a los 2 mil de la Guardia nacional. No es necesario hacer demasiado esfuerzo para tratar de comprender lo que dijo el Pentágono: que siempre hay algunas tropas armadas para la protección pero la excepción ahora es la decisión de aumentar la presencia militar en una frontera con una cicatriz históricamente más notable para México.

 

Trackbacks/Pingbacks

  1. Noticias destacadas de la primer semana de Mayo (29–05) | Chiapasparalelo - 3 mayo, 2019

    […] Fronteras históricas […]

Deja una respuesta

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Comparta su opinión. Su correo no será público y será protegido deacuerdo a nuestras políticas de privacidad.