Contra los fundamentalismos democráticos

Foto: Cimac Noticias.

Ahora que se aproximan los procesos electorales del 2021, vuelve al imaginario colectivo las nociones del ejercicio democrático el cual es externado mediante el voto, donde todo indica que; únicamente se enaltece a la Democracia cada que se aproximan las elecciones, convirtiendo y ubicando al proceso democrático como un ejercicio que favorece directamente a los partidos políticos, quienes van en búsqueda de conseguir el apoyo de la ciudadanía para obtener espacios de elección a través del ejercicio del sufragio.

Concebir a la Democracia de manera plena como un ejercicio que únicamente recae en el voto, es caer directamente en los fundamentalismos de la Democracia Liberal, donde en la mayoría de los casos a través de la transferencia de la titularidad del poder ciudadano hacia el Gobierno por medio del sufragio, esto suele convertirse en el pretexto ideal para que la ciudadanía tienda a alejarse de los asuntos públicos, cediendo el ejercicio del poder directamente al Gobierno.

El alejamiento de la ciudadanía de los asuntos públicos, fue una constante durante el Siglo XX, ya que; una vez ejercido el sufragio, los ciudadanos volvían a sus asuntos privados dejando en manos del Gobierno el control total del Poder y la cosa pública. Cabe resaltar que; la intromisión de la ciudadanía únicamente se daba de manera indirecta en aquellas ciudadanas y ciudadanos que ejercían su derecho a la militancia en algún Partido o Movimiento Social.

No hay que olvidar que; si bien el Siglo XX, se encuentra marcado por la presencia de los Movimientos Sufragistas y los Partidos de Masas, los cuales agruparon a miles de ciudadanos en común acuerdo con alguna causa o algún cuadro, el ejercicio democrático seguía centrándose, iniciando y terminado a la hora de sufragar, recayendo en los fundamentalismos de la Democracia Liberal.

El desarrollo histórico indica que a finales del Siglo XX, la ciudadanía empezaba a organizarse e incidir de manera más directa en los asuntos públicos, así como en el desarrollo de los  procesos  democráticos, en el imaginario discursivo de los Partidos Políticos se seguía viendo al ciudadano como el garante del ejercicio del sufragio, acotando su participación democrática únicamente en el voto, que si bien votar ayudaba a  materializar cambios sociales, aún mantenía alejada a la ciudadanía en los asuntos públicos, ya que la intromisión total de la ciudadanía se traducía como la obligación de compartir el poder.

Hoy resulta necesario repensar a la Democracia y llevarla más de los fundamentalismos de la Democracia Liberal, la cual parece que entro en un eterno letargo por culpa de la simbiosis que esta misma hizo con el sistema de mercado neoliberal, por ello, deconstruir el ejercicio del voto, como la acción principal de la democracia resulta necesario para ampliar su efectividad, donde el punto central de la agenda democrática se centre en la ciudadanía y su acción directa en los asuntos públicos.

Es necesario deconstruir aquellas líneas discursivas que surgen al interior de los Partidos, donde en cada elección resurgen en búsqueda del voto, centrando y haciendo prevalecer a la Democracia tan solo en los momentos electorales, la tarea es crucial, urgente y necesaria, se deben buscar  convergencias entre sociedad civil, ciudadanía, partidos, autoridades, academia e instituciones electorales a fin de ampliar el ejercicio democrático, transitando de una vez por todas hacia una Democracia Deliberativa.

Maximiliano Ruíz Sánchez, correo: ruizsanchezmaximiliano@gmail.com

Licenciado en Derecho por la Universidad Autónoma de Chiapas

 

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