Casa de Citas

Manuel Velázquez

Efraín Bartolomé, el oído y la memoria*

¿Qué sortilegio deben tener las palabras para que se vuelvan poesía y no el simple acomodo de un vocablo detrás de otro? ¿Qué recursos debe emplear un hombre para que su historia personalísima encarne en la de un lector ajeno, lejano, desconocido? ¿Cuánto hay que saber de poesía para desentrañar las líneas escritas por alguien que conoce a fondo el oficio de nombrar de nuevo al mundo?

Obra de Manuel Velázquez

Animal de luz

Casa de citas/154 Con mi abrazo solidario para Sandra de los Santos  En Un tiempo suspendido, cronología de la vida y la obra de Juan Rulfo (CONACULTA, 2008), de Roberto García Bonilla, que es una minuciosa recopilación de cuanto se ha dicho de sus antecesores familiares, de Rulfo y su obra, entrevistan a Gustavo Aréchiga quien recuerda el amor que el casi niño Rulfo sentía por (p. 77) “la niña Aurora Arámbula y […] sus ojos azules aguamarina, que más tarde se convertirían en la inspiración del personaje de Susana San Juan  en Pedro Páramo”. En uno de los apéndices […]

Obra de Manuel Velázquez, pintor chiapaneco.

Lejos del paraíso

Leí al hilo dos novelas de Toni Morrison, Premio Nobel de Literatura 1993, norteamericana y primera mujer negra en recibirlo. Su tema recurrente es, y eso lo han criticado bastante, la negritud, la relación de los negros entre sí y con los blancos. A mí eso no me molesta y la he leído (tres novelas hasta el momento) con mucho agrado.

Obra de Manuel Velázquez, pintor chiapaneco.

¿Con qué dedos de música tocarte?

Miguel de Cervantes en El licenciado vidriera (SEP-UNAM, 2004) hace que su personaje, antes de que lo embrujen, vaya a pasear por Europa y desde allí elogie a nuestro país (p. 9): “Fue a Venecia, ciudad que a no haber nacido Colón en el mundo no tuviera en él semejante: merced al cielo y al gran Hernando Cortés, que conquistó la gran Méjico para que la gran Venecia tuviera en alguna manera quien se le opusiese”.

Obra del pintor chiapaneco Manuel Velázquez

Avidez y desmemoria

Reviso los libros breves y los cuadernillos del Programa Nacional Salas de Lectura. Me hallo con dos autores admirados y tomo sus obras: Mazel y Shlimazel. La leche de la leona (Conaculta, 2012), de Isaac Bashevis Singer, Premio Nobel de Literatura en 1978, de quien he leído todo lo que he encontrado, y ¿Cuánta tierra necesita un hombre?, de Lev (León, regularmente) Tolstói, otro de mis autores básicos.

Obra de Manuel Velázquez

Un árbol vuelto país

Casa de citas/ 148   El cigarro, como el amor, es una puta incomprendida. Darwin Petate   El breve volumen Apología de una ciudad en llamas (Public Pevert, 2013), de Darwin Petate (Suchiapa, 1989), es una refrescante visión de Tuxtla y Suchiapa desde la perspectiva de un joven poeta homosexual (en sus datos Darwin asienta que “se le va la cocha al monte y en buen pedo”). Esta alegría de reconocerse, de autodefinirse recorre los poemas que, sin perder profundidad, no usan el cilicio, el martirio como discurso (p. 10): “Recuerdo tu sexo tatuado/ por el dulcísimo sudor de mi […]