
Oscar Arnulfo Romero: “Nuestro Monseñor”
La larga noche de la guerra civil en El Salvador terminó, y aquellos que defienden a los desposeídos son los que quedan en la memoria colectiva; los que abusan son recordados también pero nunca perdonados.
La larga noche de la guerra civil en El Salvador terminó, y aquellos que defienden a los desposeídos son los que quedan en la memoria colectiva; los que abusan son recordados también pero nunca perdonados.
Más que asumir la transparencia en toda su dimensión institucional, política y democrática, los gobiernos de todos los niveles por diversos medios han desvirtuado esa obligación constitucional.
Elena Garro dio por primera vez una obra de teatro, “Un hogar sólido”, en 1957, al grupo Poesía en voz alta (ya he hablado de él en alguna columna anterior) del que formaban parte Octavio Paz, su marido en esos años; Carlos Fuentes, Héctor Mendoza y muchos brillantes jóvenes de ese entonces que hoy son referencia en las artes de México.
Nuestros políticos en Chiapas viven en un mundo de confort donde no se siente las penurias económicas. Ellos siguen cobrando muy buenos sueldos, recibiendo jugosas prestaciones y participando en negocios al amparo del gasto público, creciente en Chiapas desde el levantamiento zapatista.
La ausencia de gobierno se advierte en todos los espacios; sin embargo es en las comunidades indígenas y campesinas donde tal ausencia se hace más evidente.
Los ciudadanos están hartos de ver publicidad política en todos lados, hartos porque todavía falta la temporada electoral que incluso afectará la imagen urbana de las ciudades chiapanecas, que más que imagen y promoción política de sus dirigentes, lo que necesitan es la atención integral de todos los problemas.
¿Qué haríamos sin el nombre? ¿Cómo nombrar a la sombra, cómo sombra al ala, cómo ala al vuelo, cómo agua al cielo? ¿Qué la cosa sin el nombre? ¿Pura cosa? El nombre hace que el hombre sea hombre
Este 15 de marzo pasado, hace cuatro días, el Club Rotario Tuxtla Gutiérrez me entregó un reconocimiento (elegante, de buen gusto) por lo que ellos consideran ha sido o es mi “destacada aportación a las letras chiapanecas”, y fuera del honor que significa que un grupo de personas decidan que lo que hago tiene algún valor, me llama la atención que me distinga de nueva cuenta una organización civil.
Algo grave debe estar ocurriendo en las comunidades indígenas de la zona Altos porque la violencia se ha vuelto recurrente hasta alcanzar consecuencias trágicas. El enfrentamiento del sábado, en el que murió de bala un menor de edad y varias personas resultaron heridas, es la manifestación más reciente de un fenómeno que apunta a la descomposición social y política.