No todo se puede, dice justificándose una funcionaria, otrora respetada activista. Hay que tener paciencia, dice un senador antes miembro de la sociedad civil. Ambos buscan sin éxito explicar por qué desde su llegada al poder han cedido, una y otra vez, en nombre de lo que sí será posible a futuro. Se han convertido en víctimas de la paradoja del poder formal al que accedieron creyendo que desde dentro derribarían a la bestia. Pero resultó que la bestia no era un animal bruto y hediondo al que se puede derribar con una espada de justicia y poder civil, sino […]
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