
El inocente y el ladrón/ sexta de diez partes
Las anécdotas en cautiverio/ Por Alfredo Palacios Espinosa/ Después de dos meses de soledad en la celda 2 del conyugal femenil, a la medianoche, sorpresivamente unos custodios abrieron la celda y sin decirme “agua va” metieron a Toño, un joven mara que había tenido broncas con sus compañeros.