En este oficio los errores salen caros
1 En este oficio los errores salen caros En aquellos días, yo era el único que trabajaba en el negocio clandestino. O al menos eso parecía. El procedimiento era más o menos el mismo: alguien –un funcionario, algún profesor de la universidad- me citaba en su oficina. De un modo más bien discreto me dejaba aparecer un viernes al mediodía. Entonces yo preguntaba por “el asunto”, y el cerdo me tendía un engargolado. “Necesito que termines con él”, me suplicaba para cerrar el trato, “no más de un mes”. Yo veía las hojas y me lamentaba en silencio: “Dios mío, […]