Libros inmortales
Luego de sufrir un devastador derrame cerebral, Lojte Sodderland invitó a Sophie Robinson para que filmara su tortuoso reaprendizaje de las cuestiones elementales y su posible recuperación.
Luego de sufrir un devastador derrame cerebral, Lojte Sodderland invitó a Sophie Robinson para que filmara su tortuoso reaprendizaje de las cuestiones elementales y su posible recuperación.
Gerard Durrell: “No te puedes imaginar lo cruel que es la familia de las margaritas. Son unas flores muy toscas, muy plebeyas, y claro, poner entre ellas una aristócrata como la rosa es simplemente buscarle tres pies al gato».
Uninajab. Qué maravilla son estos borbotones de agua transparente que brota de la tierra y hace las enormes pozas, y los arroyos cantarines, y las cascadas de poderosa voz, que atraviesan la mitad del pueblo.
Braque: “Las cosas en sí no existen. Existen exclusivamente en nosotros… No se debe solamente querer reproducirlas, sino penetrar en ellas, ser nosotros mismos esa cosa.”
Estos son los frutos del fuego creador, ascuas que no queman, lumbre –inquieta inmovilidad– del arte de este hombre nacido él mismo en la fragua de la costa chiapaneca. Salud, maestro.
Kant: “A partir de una madera tan retorcida como de la que está hecho el hombre no puede tallarse nada enteramente recto”
Lafcadio Hearn: “Las formas aparecen y desaparecen en sucesión ininterrumpida; sólo la esencia es real”.
Molinari: “¿Y ahora? ¡Nada! ¿Seguir escribiendo? ¿Para qué? Nací en un pueblo triste, acá nadie lee”.
Uno de los grandes poemas universales y el mayor de la literatura portuguesa es Los Lusíadas, de Luis de Camoens. Se publicó por primera vez en 1572. Ríos de tinta se han vertido para hablar de la recuperación en el mar del poema y de la pobreza extrema en la que vivió y murió el poeta. Un religioso dijo: “Yo lo vi morir en un hospital en Lisboa, sin tener una sábana con que cubrirse”.