Conversaciones en el camino
Los estudiantes de antropología, teníamos el problema de la falta de bibliotecas bien dotadas de bibliografía actualizada. Recuerdo que me dijo: “Pero tenemos el trabajo de campo” y eso es de un valor inestimable.
Los estudiantes de antropología, teníamos el problema de la falta de bibliotecas bien dotadas de bibliografía actualizada. Recuerdo que me dijo: “Pero tenemos el trabajo de campo” y eso es de un valor inestimable.
De lo que se trata es de llegar a organizaciones de la sociedad en donde el acceso a los logros de la humanidad sea igualitario, en un mundo en donde no exista la pobreza ni la desigualdad, sino que todo ser humano tenga el derecho de disfrutar de los logros del trabajo.
Todo período de transición en una sociedad suscita conflictos. Los conflictos a su vez y por desvelan la estructura social de que se trate, porque en el contexto conflictivo se muestran todos los intereses que están en juego.
Me precio de haber sido su alumno y gracias a ello, entender el valor de una antropología crítica apoyada en el trabajo de campo y la cercanía de la gente. Somos muchos quienes lo extrañamos.
En este contexto de añejas luchas, de soportar la represión extrema, el pueblo de Guatemala busca hoy, a través de las urnas, luchando contra la poderosa oligarquía local y el Imperio, que se respete su voluntad de vivir en paz y de que no se les niegue el derecho a desarrollarse como la propia sociedad lo decida.
Son los resultados de esos análisis críticos los que alimentan las reivindicaciones de las izquierdas y los textos literarios que se atreven a denunciar la condición humana en Latinoamérica y El Caribe.
En ese barrio, existe un edificio que albergó al antiguo Mercado de La Bola, hoy reconstruido para albergar al Centro Cultural Constitución, hogar del barrio, centro de las reuniones barriales para admirar exposiciones, presenciar teatro y aún óperas y música de cámara.
El lector podrá enterarse de la importancia de la Revista Bimestre Cubana que dirigió el propio Fernando Ortiz, así como de sociedades tan importantes en todo el período colonial como la Real Sociedad Económica Matritense de Amigos del País.
Las generaciones que ingresaron a la ENAH a mediados de la década de los 1960, es decir, entre 1965 y 1970 son las que vivieron un período de intensos cambios no sólo en la enseñanza sino en la práctica de la antropología, sobre todo, de la etnología, la etnohistoria y la antropología social.