Calaveras políticas 2015
De tristeza y frustración Peña decidió morir porque nadie aquí quiso sus reformas aplaudir.
De tristeza y frustración Peña decidió morir porque nadie aquí quiso sus reformas aplaudir.
Los ciudadanos de Tuxtla Gutiérrez, nacidos o llegados de otras regiones del estado o del país, están viendo con asombro o con indiferencia, no se puede tener certeza de ello, cómo el centro histórico de la capital chiapaneca ha sufrido un deterioro constante en los últimos años.
El entorno de pobreza, desempleo, violencia, decadencia política y crisis económica, influye en la elaboración de nuevas posturas religiosas de los sectores sociales menos favorecidos.
Habría que lanzar una campaña “En rescate del cien”, que sería un poco como ir al rescate de la dignidad de esta patria. La pregunta es ociosa, pero debe hacerse para justificar el movimiento social: ¿Qué vale más: una sociedad de diez o una sociedad de cien?
Largas filas, gente al teléfono gritando, timbres, tonos y alertas a cada minuto, señoras y niños que patean los respaldos, aire acondicionado mal graduado, audio deficiente y programación alterada según “estrategias internas”, son las peripecias que se padecen al asistir a Cinépolis, la que se hace llamar la capital del cine.
La ruptura es evidente, el ciudadano quiere democracia, quiere ser escuchado y la clase política quiere perpetuarse en el poder. Ellos son los que manejan nuestras instituciones y ojalá pronto se den cuenta que al final solo les quedará de recurso, ya ni siquiera la retórica y el populismo, solo tendrán el monopolio de la fuerza. El problema para ellos es que ningún tanque en la historia humana ha detenido la furia popular.
Sarrazac: “La escritura no es, después de todo, más que un largo y muy incierto retorno hacia lo real”.
Todos podíamos recordar, aplaudir y enfiestarnos con nuestros muertos… cielos, infiernos y purgatorios; con nuestras almas, ángeles y demonios. Desde nuestros hogares, oficinas y escuelas; nuestros templos, centros culturales, museos y auditorios; nuestras cantinas, restaurantes, mercados, centros comerciales y negocios…
Mucho se ha discutido, y se sigue haciendo, sobre quién o quiénes efectuaron la Independencia de México, si fueron los mismos españoles y sus descendientes. Esto último no debe resultar extraño si se observa cómo se construyó la sociedad colonial.