
Plan cicatriz Ayotzinapa
Está claro que los 43 no eran sumisos jóvenes indígenas, maestros que soñaban con enseñar a leer y escribir a los niños y niñas para que eventualmente tuvieran un trabajo miserable, sino para que puedan trabajar y defender sus derechos y vivir dignamente. Los 43 son, o eran, jóvenes preparados para la vida, para la política, para la batalla contra la opresión, informados, organizados, inteligentes, rebeldes y muy probablemente indignados y rabiosos.