
Gober, no es su festival
Por Nacho Lozano. Bastaron dos horas para ver cómo un Gobierno maltrataba a la prensa; bastaron tres minutos de discurso templetero para mirar cómo el poder político de Chiapas censuraba el conteo del 1 al 43 para exigir justicia por los que nos faltan de Ayotzinapa; bastaron algunos segundos para observar cómo la clase política chiapaneca, la familia Velasco y sus amigos en el poder, hacen lo que quieren en el estado más pobre de México. Le juro que dan ganas de vomitar. Pero hay que contarlo.