
Resulta difícil hablar de Alfonso Reyes sin recurrir a algunas hipérboles. Son especialmente significativas aquellas que se refieren a la imposibilidad física de su lectura: «inabarcable», se ha dicho, por ejemplo. Y la manera en que se publican volúmenes para ensanchar su bibliografía perece ser una manera de validar el adjetivo. De 2010 a la fecha han aparecido cinco de los siete tomos correspondientes a su Diario. Sus editores lo han definido como el «testimonio monumental de la vida íntima, literaria, diplomática, política y académica del gran humanista regiomontano». Y eso será verdad en la medida en que entendamos «monumental» teniendo en […]