
El sol en la tinta del bolígrafo
Lo leí de un sólo tajo. No había de otra. Parecía que si lo dejaba descansar escaparía el narrador que se hallaba dentro. Casi oí la voz de Héctor al leerlos. Veía sus gestos. Recordaba nuestras innumerables charlas. Algunos relatos tuve que releerlos, me sorprendí sonriendo al imaginar el artilugio, admiraba la destreza del entramado. Recordé una lectura de Héctor, palabras más palabras menos, cuando hizo referencia que muchas personas le han dejado de hablar por verse reflejadas en sus historias. Cortés Mandujano permea el lenguaje cinematográfico en sus narraciones. Un minotauro en el pueblo hace contener el aliento. Parece […]