
La mujer y la revolución universal
Garibay: “Si quieres acabar con los famosos misterios de la mujer, ábrete, respétala, ella también puede pecar, no hagas apocalipsis de a centavo”
Garibay: “Si quieres acabar con los famosos misterios de la mujer, ábrete, respétala, ella también puede pecar, no hagas apocalipsis de a centavo”
Lilia estaba quitando la maleza en el patio de la casa, en ese terruño tan querido, lejos del bullicio de la ciudad, el sol de la tarde era aún abrasador. Disfrutaba despojar de las enredaderas a los árboles de limón y aguacate, para ella era liberarles y dejarles respirar de tan atosigadoras compañías.
No nos recuperamos aún de los problemas generados por el escándalo que significó el proceso de reemplazo de sí mismo del actual gobernador de Chiapas, Manuel Velasco Coello, cuando ya estamos inmersos en otro de proporciones igual de mayúsculas.
Romina dice que el verbo nacer debería escribirse así: ¡na-ser!, porque el verbo alude al instante en que una persona se convierte en ser.
La tarde del 2 de octubre de 1968 es y será recordada como uno de los momentos más críticos en la vida nacional. No estuve presente esa tarde en la Plaza de las Tres Culturas, en Tlatelolco, Distrito Federal. Sucede que no son pocos los que escriben acerca de esa tarde sin haberla vivido. Otros, escriben tranquilamente haciéndose pasar como participantes en el movimiento estudiantil de 1968, porque, a la usanza Azteca, el suceso ha pasado a ser parte de los mitos oficiales que apuntalan al Estado Nacional.
En este año han aparecido dos libros sobre los años decisivos de la incorporación de Chiapas al nuevo Estado mexicano que se estaba creando en el siglo XIX.
Genoveva se arremangó el pantalón al salir al patio, el aroma a tierra mojada y el cielo grisáceo le indicaban que esa tarde la lluvia estaba por caer y de manera fuerte. Con algo de pereza refunfuñó por haber dejado el portón sin candado, justo ahora que se acordó de cerrar la lluvia se avecinaba.
Cardoza y Aragón: «Lo pésimo que cabe sufrir a un escritor, a un artista resignado, es tornarse académico y ser absorbido, como huevo crudo, por el tartufismo del establecimiento. ¿Hay idiotez mayor que ser el poeta o el pintor oficial de un país?”
Antes de la espantada del gobernador de Chiapas, quien no se entiende viviendo fuera del presupuesto nacional porque sus talentos han sido bastante cuestionados en el ejercicio del poder en nuestro estado, se repitieron las viejas fórmulas de la limosna política, en uno de los rubros que definen o quieren modelar a la nación. Efectivamente ese rubro es la educación.