
La historia soy yo
Más que un gesto simplemente perverso —que lo es—, en el intento de olvidar y que olvidemos la suerte de los 43 estudiantes normalistas desaparecidos cabe ver una nueva muestra de la debilidad y la incapacidad del gobierno, y un nuevo indicio de que la crisis por la que atraviesa el país requiere más movilizaciones y más organización.