El Fin es el Medio

Roberto Sandoval, el amigo dadivoso de Julión Álvarez.

Julión y sus cabezas de ganado que vinieron de Nueva Zelanda, vía Roberto Sandoval

Desde su posición de protegido y estrella del espectáculo, Julión (Julio César Álvarez Montelongo) inició una arremetida en contra de diferentes medios, en especial, de Chiapas Paralelo. Si su estrategia es generar escándalo para ocupar minutos en los medios, lo ha conseguido. Sin embargo, también ha dado motivos para esculcar su pasado, en especial su relación con los exgobernadores de triste memoria como lo son César Duarte y Roberto Sandoval Castañeda.

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Pablo Salazar, en el territorio del no poder (última).

Pablo Salazar Mendiguchía no es de los que ríen. Pablo es de los que se carcajean. Se carcajea de lo que dice, de lo que recuerda, como si otro lo hubiera dicho y le pareciera una genialidad. Zumbón, se carcajea de todo. Su universo es, por supuesto, él mismo. Así somos la mayoría, pero Pablo lo muestra, lo demuestra. No es gratuito, por eso, que le digan el “Soloyó”; rechaza el sobrenombre, obviamente. Dice que ha sido el único gobernador que no permitió que su foto estuviera en las oficinas. “Mi gobierno intentó proscribir el culto a la personalidad. También, […]

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Florinda Ocampo y Roberto Peña, en el recorrido histórico de la música y de la danza

Sé que debí haber escrito este texto hace 20 días, sin embargo, creo que para estos acontecimientos no hay temporalidad y que deberían quedar fijos en los calendarios por muchos meses. Pero ya se sabe que ahora los calendarios son caprichosos y volátiles. Estoy seguro que en la época de experimentos y propuestas culturales del Tuxtla de los cincuenta, esta celebración sería todavía parte vital de la conversación. Además, los políticos no acaparaban las pláticas, porque eran más bien ciudadanos sin mayores estridencias.

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Pablo Salazar, en el territorio del no poder

Llega solo. Maneja su coche. No tiene guaruras ni chofer. Mientras tomamos un café se acercan varias personas a saludarlo. Una señora le dice que extraña los tiempos de su gobierno. “Había orden; había gobierno”, explica. Él solo asiente y se acomoda los lentes. Ríe. Se ve contento, ahora en el “territorio del no poder”.  Es el mismo Pablo Salazar Mendiguchía a quien conocí en sus tiempos de candidato al Senado de la República en 1994: dicharachero, ocurrente y vital.