
Lapiceros y coca
Por Anónimo * César tenía una idea: comprar muchos, muchos lapiceros para que cuando vendiera una grapa, la entregara con una elegante tapa de lapicero para inhalar más fácil y todos los lapiceros que quedan sin tapa, donarlos a casas hogares de niños o a compañeros de la universidad que no tuvieran dinero para comprar. Floreció el altruismo… Olor sutil a aromatizante de uva, sensación de aire acondicionado en la cara y después calor debajo de las orejas y esternón. Me acosté y vi unos minutos pasar con mi cabeza platicando conmigo misma, ¿qué era lo que acababa de hacer? […]