Correos
A mi madre Fui al correo porque me acordé del día del cartero. Pero creo que ya no existe porque nunca más volvió uno de ellos a la casa. Ahora, y no siempre, llega paquetería, previamente escrita no como carta, pero sí escrita y pedida desde un celular o computadora. Los dedos de las manos aún sirven para escribir y comunicar. La oficina de correos lo acoge un edificio hacendario, donde casi siempre está parado un policía.











