Tiempo de simulación
Platiqué largo y tendido con el Ratón Macías, incrédulo de hacerlo y emocionado. Le describí cómo habíamos escuchado mi padre y yo la pelea contra Halimí y la angustia que asalto tras asalto nos hizo pasar. Me escuchó el Ratón, en ratos sonriente, disfrutando la comida. Al finalizar mi descripción, me dijo: “Más sufrí yo con los chingadazos”.











