De cómo aprendí a votar
La primera vez que me enseñaron a votar fue en la primaria. La lógica era clara: la planilla que repartiera los mejores dulces también tendría los recursos necesarios para cumplir sus promesas. La promesas a veces se cumplían, a veces no. Pero en el plan de educación cívica de esos tiempos (y sospecho que en el de ahora tampoco) no había ningún módulo de “Rendición de Cuentas”.











