La tortura descrita, además de otras que sufrieron cinco involucrados más, ocurrió en las mismas instalaciones de la Fiscalía Especializada para los Delitos cometidos por la Delincuencia Organizada, la temible FECDO, y el actuario federal, escoltado por los mismos policías que practicaban la tortura, simplemente anotó que los inculpados manifestaron estar bien. El caso confirma la triste realidad: la tortura es una práctica generalizada también en Chiapas…pero la impunidad también.
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