
Cartas de nuestra Rosario
«Hoy por primera vez tuve la tentación de decir malas palabras. Las que se; las que estoy oyendo desde que llegué. Aquí es el único medio de expresión. Decir una mala palabra aquí es como abanicarse. Refresca. Y eso que ahora no hace calor; al contrario. Casi hay frío. Sobre todo de noche (…). Toda la gente tiene paludismo”.