La cultura en lo cotidiano
A manera de contraste se asomaban los edificios modernos que, por supuesto, tenían otra arquitectura, pintura reciente en sus paredes, un dato muy curioso fue que no vio macetas en sus ventanas.
A manera de contraste se asomaban los edificios modernos que, por supuesto, tenían otra arquitectura, pintura reciente en sus paredes, un dato muy curioso fue que no vio macetas en sus ventanas.
Esta demonia entonces, la famosa Tina, además de llevar agua, siempre cargaba algunas lajas en los cántaros. Los descargaba en la cocina, ponía el agua en la tinajona que descansaba oronda sobre el piso, apartaba las piedras que llevaba —todas redondas, azules, livianas y del mismo tamaño—, escondía las piedras en las bolsas del delantal y luego se iba al patio, en donde las guardaba al pie de un cocotero.
Hoy en México se clama estado de derecho, alto a la corrupción y la impunidad. Como en 1994, en el 2019; todo también necesita cambiar.
Dentro de los múltiples frentes abiertos que las medidas del gobierno federal ha aplicado con el propósito de eliminar el dispendio en el sector público, recientemente se ha abierto una tímida discusión acerca de los viajes en el ámbito académico nacional.
Hay dos preguntas que creo valen la pena como ejercicio de espectador: la primera es ¿Qué hacer frente a una serie documental donde todos mienten? Puede ser una pregunta para la gran discusión de las fronteras entre ficción y no-ficción.
Es importante situar a la llamada “Cuarta Trasformación” con el propósito de comprender qué quiere decir y cuál es su lugar en la periodización histórica de México.
Cualquier cambio de rumbo político, y más cuando es o se desea radical, pretende romper rotundamente con el gobierno o régimen que le precedió. Los ejemplos en la historia son muchos, y se significan tanto si los depuestos son personas, líderes carismáticos o autoritarios, o si son administraciones políticas.
Musil: “El que los amantes se digan siempre las mismas cosas, es algo conocido. En el verano aumentan los embarazos, en el otoño los suicidios”
Esta demonia entonces, la famosa Tina, además de llevar agua, siempre cargaba algunas lajas en los cántaros. Los descargaba en la cocina, ponía el agua en la tinajona que descansaba oronda sobre el piso, apartaba las piedras que llevaba —todas redondas, azules, livianas y del mismo tamaño—, escondía las piedras en las bolsas del delantal y luego se iba al patio, en donde las guardaba al pie de un cocotero.