Cuba y Fidel en Tuxtla y Sxbal II
Por tal razón, supongo —aún no reflexiono esta parte de mi vida, aunque creo, no será de mi interés escribir memorias—, muy pronto a una camisola de mezclilla, yo mismo, con mis propias manos, bordé en la espalda, con hilos rojos, la hoz y el martillo de los partidos comunistas del mundo. ¡Claro! Como era natural —aunque entonces nadie me había advertido…