Charcos y huaraches
Aunque los motivos sean serios, las marchas son siempre alegres. Gran parte de esa alegría es que se encuentra uno a muchos amigos, como a don Rochito Cundapí y su banda chaparrita de San José Terán. Rita iba con dos perritas. “¡Adiós vos!” Me dijo una voz que no reconocí. Y más allá venía la maestra Salomé, dándole chichi a su pichi con gran orgullo. Vi a muchos niños marchando, y a otros animando a los maestros desde las banquetas.











