Ángeles del Infierno
No fue el pésimo lugar para un concierto de heavy metal, tampoco el terrible sonido que hizo indescifrable cualquier intento melódico de las bandas del cartel. No importó siquiera la poca asistencia de un público que se aventuró a pagar las caras entradas para los fans más aferrados del rock, pero quizá también los más precarios.