Los peligros del poder
En 1887, Jhon Emerich Edward Dalberg-Acton, primer Baron Acton, y ampliamente conocido como Lord Acton, dirigió una carta al obispo católico Mandell Creighton, quien, en ese mismo año, había publicado una exhaustiva Historia del Papado, en la que soslayaba la vida licenciosa no sólo de varios Papas sino aún, de los sacerdotes y población de El Vaticano en general.