Cuando estas notas vean la luz, el nuevo gobierno habrá enviado las principales señales del estilo que se impondrá en los próximos años. De hecho, en la etapa de transición ya se mandaron algunos mensajes, pero entre la claudicación del gobierno saliente y la impaciencia del entrante, lo que en general ha imperado es una moderada prudencia, aunque no han dejado de existir ciertos exabruptos que se han corregido con prontitud. Los agoreros de la catástrofe deberán esperar otros tiempos. Por fortuna, estos no son momentos que resulten particularmente agobiantes, pese a los desatinos de algunos o los despropósitos de […]
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