Escrutinio Público

El caricaturista Enrique Alfaro con el periodista Gervasio Grajales.

La Prensa Libre o cómo eludir la perversión

Gervasio usó la ironía, el descaro, hasta el cinismo, como medios de expresión crítica. Recuerdo que me contaba-como lo hizo con muchos-aquella anécdota de cómo enseñaba a un joven periodista, diciéndole: “lo primero es introducir una hoja de papel en la máquina de escribir y poner, recibí de, la cantidad de”. Y estallaba en risa el buen Gervasio.

Pintura: Kira Culufin

Se decoran puertas

Y así como ésas, había un sin número de frases distintas, algunas obscenas, otras religiosas, motivadoras a seguir estudiando y con ánimo en la vida. También había saludos, intentos de dibujos, datos como si alguien fuera a necesitar información de palabras, ideas sueltas que luego tenían seguimiento.

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Edward Snowden: vigilancia permanente, o cómo perdemos derechos y libertades

Con la idea de “limitar el poder del estado”, al que estaba contribuyendo, Snowden narra por qué hizo públicos los documentos que demostraban que los servicios de inteligencia de Estados Unidos estaban en disposición de cualquier persona en el mundo que usase un dispositivo digital.

No es ninguna novedad que mientras se discute en la Cámara de Diputados el presupuesto para el siguiente año, peregrinen por los pasillos de San Lázaro ciertos personajes de la vida política del país, al mismo tiempo en que se discute en los medios los alcances y posibles recortes en áreas específicas que atienden los gobiernos de la república.

Entre la exigencia y el infantilismo

No es ninguna novedad que mientras se discute en la Cámara de Diputados el presupuesto para el siguiente año, peregrinen por los pasillos de San Lázaro ciertos personajes de la vida política del país, al mismo tiempo en que se discute en los medios los alcances y posibles recortes en áreas específicas que atienden los gobiernos de la república.

© Dibujo de Catherwood. Algún río en la frontera de México. c1840.

Stephens en la frontera comiteca, año 1840

Descendimos por uno de los senderos más abruptos y pedregosos con que nos hubiésemos topado hasta entonces en la región, cruzando en un sentido y en otro mediante una ruta en zig-zag por la ladera de la eminencia, prolongando el descenso quizás hasta una milla y media.